El Mundo. Ciencia y Salud
Estudio revela riesgo de
abordaje fragmentado en pacientes en hemodiálisis con diabetes
| Mayo
15, 2025
La enfermedad renal crónica (ERC) en etapa terminal es
un desafío global. En República Dominicana, su prevalencia es
de 4.18 por cada 10,000 habitantes. La diabetes mellitus
tipo 2 (DM2) es una de sus principales causas y comorbilidades (20%),
agravando el pronóstico y aumentando el riesgo cardiovascular.
El control metabólico deficiente acelera el deterioro
renal y la necesidad de hospitalización. Sin embargo, la adherencia al
seguimiento endocrinológico en pacientes en diálisis es baja, con consultas
esporádicas y predominio de atención en crisis.
En un estudio titulado “Control Metabólico: Objetivo
Postergado en Pacientes en Hemodiálisis”, liderado por la doctora
Dolores Mejía De La Cruz y su equipo del Hospital General de la Plaza
de la Salud, se evaluó la adherencia al seguimiento médico
multidisciplinario en pacientes con terapia sustitutiva tipo
hemodiálisis, resaltando el impacto en aquellos que viven con diabetes.
La investigación, realizada en julio de 2024, incluyó
a 71 pacientes en hemodiálisis, de los cuales 68 completaron
la encuesta. Se evaluó la adherencia al seguimiento médico
multidisciplinario, revelando que aunque el 91.18% de los
pacientes afirmaron seguir sus comorbilidades, solo el 7.35% de
los diabéticos tenía seguimiento endocrinológico regular. La gran mayoría (92.65%)
recurría a consultas solo en situaciones de crisis.
El estudio, que seleccionado entre los mejores trabajos de
investigación presentados durante el XXIII
Congreso Dominicano de Endocrinología y Nutrición (SODENN 2024), obtuvo
el primer lugar, también mostró que el 22.06% de los
pacientes tenía nefropatía diabética y que la DM2 fue la segunda comorbilidad
más frecuente (26.47%), después de la hipertensión arterial.
No se identificó apego al seguimiento nutricional ni
al soporte psicológico, elementos esenciales en el control de la
diabetes y en la prevención de la progresión renal. Las complicaciones
asociadas a esta falta de seguimiento repercutieron en una alta tasa de
hospitalización (32.35%) y visitas a emergencias (22.06%).
Además, el 45.59% de los pacientes estaba en lista de
espera para trasplante renal.
El trabajo concluye que es especialmente relevante el manejo de
las condiciones crónicas de base, en particular la diabetes, en
pacientes con ERC en hemodiálisis, ya que, aun en esta etapa,
el abordaje integral contribuye de manera significativa al
logro de los objetivos relacionados con la reducción de la progresión
de la condición.
El abordaje fragmentado y errático, limitado a episodios de
descompensación, pone en riesgo tanto la eficacia de la terapia sustitutiva
como el bienestar general del paciente. La falta de seguimiento endocrinológico
regular compromete el control metabólico y favorece la progresión de
complicaciones.
Destaca también que es fundamental educar a la población sobre
la importancia del seguimiento multidisciplinario, así como fortalecer
las redes de atención integral que incluyan endocrinología,
nutrición, educación y apoyo psicológico en el entorno de diálisis.
Este enfoque preventivo puede mejorar
significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Un manejo multidisciplinario proactivo podría reducir
hospitalizaciones y mortalidad, mejorar las condiciones para la recepción de un
injerto y optimizar el pronóstico, así como el uso de los recursos del sistema
de salud. Es esencial que los pacientes puedan hacer uso efectivo de las capacidades
instaladas en materia de salud, entendiendo que el bienestar es el
resultado de un manejo integral e integrado.
El estudio fue realizado por un equipo médico del Hospital General de la Plaza de la Salud en Santo Domingo, perteneciente a la Gerencia de Investigación, la Unidad de Hemodiálisis y la Residencia de Nefrología. El equipo estuvo conformado por las doctoras Dolores Mejía De La Cruz, MD1, Ann Sánchez-Marmolejos, MD1, Meyvi Montero, MD3, Karla Disla, MD1, Lia Chaddy, MD1, Pamela Machado, MD1, Florangel Grullón, MD1, Limber Rojas, MD2.
Tema(s): DIABETES, DRA. DOLORES MEJIA, ESTUDIO
Mayo Clinic. Red Informativa
Por: Sharon Theimer
Fuente: Mayo
Clinic. Red informativa
PHOENIX - Investigadores
especialistas en epilepsia de Mayo Clinic están investigando nuevos enfoques
terapéuticos para ayudar a los pacientes que viven con los tipos más graves y
difíciles de controlar de la epilepsia: tratamientos que promueven la curación del cerebro.
Alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por la
epilepsia. Aproximadamente el 30% de los pacientes, o alrededor de 15 millones
de personas, padecen epilepsia resistente a fármacos (DRE, por sus siglas en
inglés, drug-resistant
epilepsy). Mientras que algunos pacientes experimentan solo algunas convulsiones por mes, otros pueden sufrir cientos por día
— desde episodios leves hasta potencialmente mortales.
Las
opciones de tratamiento actuales para pacientes con DRE incluyen procedimientos
quirúrgicos como la resección cerebral, para eliminar una parte del tejido
cerebral responsable de producir las convulsiones. Un procedimiento menos
invasivo implica la terapia de ablación con láser, que identifica y destruye el tejido
cerebral anormal. Aunque suelen ser eficaces, estos enfoques quirúrgicos
conllevan el riesgo de posibles efectos secundarios, como deterioro de la
memoria, déficits motores y dificultades en el habla. La neuromodulación es otro enfoque quirúrgico que utiliza
estimulación eléctrica o magnética para detener la actividad neuronal anormal
sin la necesidad de extirpar el tejido cerebral.
Ahora,
un número creciente de científicos es parte de una tendencia innovadora de investigación que
investiga nuevas formas de tratar la DRE. Este enfoque implica el uso de la medicina regenerativa como una
estrategia "reparadora" para ayudar al cerebro a sanarse.
El
neurocirujano Ph.D. y Dr. Jonathon J. Parker es el investigador
principal del primer ensayo clínico en humanos en Mayo Clinic que estudia el
uso de células cerebrales inhibitorias especializadas implantadas como un
posible tratamiento reparador para la epilepsia resistente a fármacos. El
ensayo clínico está en curso en Mayo Clinic, en Arizona. "Este es un momento emocionante
para la medicina regenerativa y por el potencial que puede
representar para millones de personas que sufren los efectos secundarios
debilitantes de la DRE," dice el Dr. Parker. "Utilizamos una técnica
mínimamente invasiva, en la que inyectamos las células inhibitorias a través de
una incisión del tamaño de una goma de un lápiz en la parte posterior de la
cabeza. Nuestra esperanza es que, con el tiempo, estas células se integren en
el cerebro, ayuden a reparar los circuitos neuronales y reduzcan o, incluso,
prevengan las convulsiones sin causar efectos secundarios," explica el Dr.
Parker.
Mayo
Clinic en Arizona es uno de los 29 centros en los Estados Unidos que participan
en el ensayo clínico con implante de células cerebrales inhibitorias en
pacientes con epilepsia focal, es decir, cuando las convulsiones se originan
en una región específica del cerebro.
"Estamos
muy optimistas respecto al potencial de esta terapia con células
cerebrales," dice la Dra. Amy Crepeau, neuróloga en Mayo Clinic. "Desarrollar
un tratamiento seguro, eficaz y mínimamente invasivo que no conlleve posibles
efectos secundarios negativos podría representar un cambio radical en el
tratamiento de pacientes con DRE y en la mejora de su calidad de vida."
Otro
ensayo clínico está en curso en Mayo Clinic, en Florida, investigando el potencial de la
medicina regenerativa como tratamiento reparador para la DRE. Los
investigadores están explorando el uso de células madre implantadas junto con
la neuromodulación.
Uno
de los métodos más recientes de terapia de neuromodulación dirigida a la
epilepsia aprobados por Food and Drug Administration (FDA) es la estimulación cerebral profunda. Aunque los pacientes sometidos
a este tratamiento presentan, después de cinco años, un promedio de hasta el
70% en la reducción de las crisis epilépticas, es raro que se vuelvan
totalmente libres de las convulsiones. El Dr. Sanjeet Grewal, director de neurocirugía funcional y estereotáctica en Mayo Clinic,
espera cambiar este escenario.
"Desafortunadamente,
la neuromodulación no nos permite eliminar completamente las convulsiones como
deseamos, por lo que estamos tratando de combinar la estimulación cerebral
profunda con la terapia con células madre, para ver si podemos aumentar la
eficacia de la neuromodulación," afirma el Dr. Grewal.
El
Dr. Grewal es el investigador principal del ensayo clínico que implica el uso
de células madre mesenquimatosas (CMMs) derivadas de tejido adiposo implantadas
como complemento de la estimulación cerebral profunda para pacientes con DRE.
Las CMMs son un tipo especial de células madre adultas con propiedades
antiinflamatorias y con un posible potencial de curación.
Muchos,
como el Dr. Grewal, creen que las CMMs podrían desempeñar un papel clave en el
futuro de la medicina regenerativa, especialmente en el tratamiento de
afecciones como la epilepsia.
"Hay
pacientes cuyas convulsiones son mucho más difíciles de tratar con la
tecnología que tenemos actualmente. Nuestra esperanza es que, al agregar las
células madre y su potencial regenerativo, podamos aumentar el éxito del
tratamiento," dice el Dr. Grewal.
El
ensayo clínico está utilizando CMMs derivadas de tejido adiposo, producidas en
el Laboratorio de Terapia Celular
Humana en Mayo Clinic, en Florida, bajo el liderazgo del Ph.D y Dr. Abba Zubair. Sus equipos de investigación han
desarrollado un método de producción de CMMs rentable dirigido a posibles
tratamientos de afecciones como el accidente cerebrovascular y la osteoporosis.
"Mi
misión es encontrar maneras de resolver los problemas con los que los pacientes
han estado luchando y ofrecerles una solución. Quiero dar esperanza a estas
personas," dice el Dr. Zubair.
"Las
CMMs son lo que llamamos multipotentes, lo que significa que pueden
diferenciarse en distintos tipos de células según el lugar donde se coloquen.
Si se colocan cerca de los vasos sanguíneos, pueden convertirse en células
vasculares. Si están cerca de las células cardíacas, pueden convertirse
en células cardíacas," explica el Dr. Grewal. La expectativa es que, en el
ensayo clínico conducido por el Dr. Grewal, las CMMs se conviertan en células
neuronales o cerebrales e interactúen en la región del cerebro donde ocurren
las crisis epilépticas. "Este proceso se llama señalización paracrina, en
el cual las células liberan señales químicas hacia el tejido cerebral
circundante e interactúan de manera que intentan reparar dicho tejido."
Los
Dres. Grewal y Parker reconocen que todavía hay un largo camino por recorrer
para determinar si estas terapias celulares están comprobadas como seguras y
eficaces para pacientes con DRE. Pero ambos están de acuerdo en que cada día de
investigación los acerca a un posible tratamiento, o incluso a una curación.
"Hemos pensado en eso durante generaciones, simplemente no teníamos la tecnología necesaria para hacerlo posible. Ahora la tenemos," dice el Dr. Grewal. "Ya sea en la cicatrización de heridas, en la neurodegeneración, en la epilepsia o en el accidente cerebrovascular hay numerosos estudios en curso que investigan el potencial de las terapias regenerativas o reparadoras.”
Mayo
Clinic es una organización sin fines de lucro, dedicada a
innovar la práctica clínica, la educación y la investigación, así como a
ofrecer pericia, compasión y respuestas a todos los que necesitan recobrar la
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Un
ensayo pionero alumbra alternativas de detección precoz del cáncer de mama
cuando la mamografía se hace insuficiente
El PAIS. Salud y Bienestar
21 MAY 2025
Un tejido mamario denso puede enmascarar un cáncer en las pruebas convencionales. Un estudio muestra las técnicas de imagen complementarias más eficaces para detectar lesiones malignas en programas de cribado.
Todas
las españolas de entre 50 y 69 años han recibido (o recibirán) una invitación
para participar en el programa de detección
precoz de cáncer de mama. Son alrededor
de dos
millones de mujeres a las que se les
emplaza a someterse a una mamografía bienal con el único fin de identificar —y
tratar— lo antes posible lesiones malignas en el pecho: en cáncer, cada minuto
cuenta y cuanto antes se descubra y ataje el tumor, más altas serán las
probabilidades de éxito. La mamografía se ha erigido como una de las grandes
herramientas para tomar la delantera al cáncer —de todas las invitadas, el 70%
acepta participar y se acaban diagnosticando unos seis tumores por cada 1.000
exploraciones—, pero hay un perfil de mujeres que puede escapar a esta
estrategia preventiva: son aquellas con tejido mamario denso, una
característica del pecho que puede enmascarar
tumores en la exploración mamográfica.
Hay
un debate abierto en la comunidad científica sobre cómo abordar esta brecha
donde la mamografía convencional se hace insuficiente. No está claro ni cuál es
la mejor prueba complementaria para salir de dudas ni qué perfil concreto de
mujeres con mamas densas sería candidato a una exploración adicional en
el contexto
de un cribado. Pero la ciencia sigue sumando datos
para tomar una decisión. Un ensayo pionero ha arrojado ahora más luz al
comparar el rendimiento de tres pruebas complementarias y constatar que dos
técnicas de imagen con contraste son más eficaces que la ecografía como
opciones adicionales para incorporar en el cribado. La investigación, publicada
este miércoles en la revista The
Lancet, admite, eso sí, que no ha analizado el
beneficio clínico en términos de mortalidad —si reduce las muertes por cáncer—
ni los daños a largo plazo, como el sobrediagnóstico. La discusión sigue
encendida.
Cómo influye la densidad del pecho en el riesgo de
cáncer de mama: “Puede dificultar el diagnóstico”
La
densidad mamaria no tiene nada que ver con el tamaño del pecho, sino con su
composición interna: más tejido fibroso y glandular que adiposo (grasa). Pero
no es algo que se vea a simple vista. Requiere de una mamografía para
identificar cómo es la mama por dentro y cuál es el grado de densidad. En esta
prueba de imagen, similar a las radiografías, la grasa se ve en negro y los
tejidos fibroglandulares, en blanco. El problema es que en blanco también se ve
el tumor y cuando se trata de una mama densa, ese tejido fibroso blanquecino
copa la mayor parte de la imagen y puede tapar una lesión maligna, del mismo
tono.
Según
los expertos, las mujeres con alta densidad mamaria tienen, per se, más riesgo
de tener cáncer
de mama —hasta cuatro veces más que las
que tienen la mama grasa—, y también tienen más probabilidad de que el tumor
pase desapercibido y se detecte en fases avanzadas porque es más difícil de
ver en
la mamografía. De hecho, explica Marina Álvarez,
especialista en mama de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), si
la mamografía suele tener una sensibilidad de entre el 85% o el 90%, en función
de la densidad puede bajar al 60%. Y ese descenso de la capacidad de detección
es un escollo en los cribados, donde alrededor de un 10% de las mujeres que se
someten a las pruebas de detección precoz tienen una mama densa.
Cómo
atajar estas limitaciones técnicas es un debate no resuelto en la comunidad
científica. No hay consenso sobre cómo proceder con las mujeres con tejido mamario
denso y los beneficios de las imágenes complementarias tampoco están claros. En
la práctica, cuenta Álvarez, hay dos escenarios: “En el diagnóstico, en una
unidad de mama y con mujeres con antecedentes de cáncer o con más probabilidad,
solemos completar los estudios con ecografía. Pero, cuando entramos en el
ámbito del cribado, no hay recomendaciones de pruebas complementarias. Hay
muchísimo debate”.
También
hay mucho en juego. “Por esa falta de sensibilidad puede ser que un cáncer pase
desapercibido. Y hay más riesgo de cáncer de intervalo [el que se detecta entre
vuelta y vuelta del cribado] o de detectarlo en fases más avanzadas. Pero para
tomar esas decisiones hace falta mucha evidencia y asegurarse de que los
beneficios superan a los riesgos”, incide Álvarez, que es también directora de
la Unidad de Radiodiagnóstico y Cáncer de Mama del Hospital Universitario Reina
Sofía de Córdoba.
Las
técnicas con contraste, más eficaces
El
estudio británico publicado en The Lancet suma otra dosis de
evidencia y datos al debate científico. Se trata de un ensayo pionero en el que
se comparan tres técnicas de imagen complementarias en más de 9.000 mujeres con
mamografías normales y tejido mamario denso. En concreto, los investigadores han
analizado la eficacia de la resonancia magnética abreviada, la mamografía con
contraste y la ecografía. “Las dos primeras usan contraste intravenoso
[sustancias que se inyectan para ayudar a ver mejor la zona] y son pruebas
funcionales: dan información morfológica de la mama y también funcional porque
miden la hipervascularización de los tumores [los vasos sanguíneos que
riegan al
cáncer]. La resonancia no tiene radiación,
pero la mamografía sí. La ecografía, por su parte, tampoco lleva radiación,
pero es una prueba que solo da información morfológica”, explica Álvarez.
Cada
una de las técnicas tiene sus particularidades. La prueba más sensible es la
resonancia magnética abreviada (es más corta que la tradicional), dice la
radióloga, pero “cara, lenta y poco disponible”. La ecografía que analizan
estos investigadores (ABUS, por sus siglas en inglés), en cambio, es más
barata, “casi inocua y está disponible en casi todos los hospitales”, pero
también es lenta, cuenta Álvarez. “La mamografía por contraste ha venido a
solventar muchas cosas que nos faltaban: es más rápida, más fácil de
interpretar y mejor asumida y tolerada por la paciente. Puede haber personas
alérgicas al contraste yodado, pero es poco frecuente”, valora la médica.
Más
allá de los pros y los contras de cada estrategia, en cuanto a su rendimiento,
este estudio ha concluido que las técnicas con contraste detectan 17 tumores
adicionales por cada 1.000 exámenes, en comparación con cuatro cánceres por
cada 1.000 exploraciones cuando se usa la ecografía. “Estos resultados
demuestran que se pueden incluir imágenes complementarias en un programa de
cribado para
mujeres con tejido mamario denso. El pequeño tamaño de los cánceres adicionales
detectados demuestra la eficacia de estas herramientas en la detección
temprana”, apuntan los autores.
El ensayo reveló que
la tasa de detección con la resonancia magnética fue de 17,4 casos por 1.000 exploraciones;
con la ecografía fue de 4,2 y con la mamografía con contraste, de 19,2. “Lo que
nos aporta este estudio es que las pruebas funcionales superan a la ecografía,
que sale peor parada como técnica de cribado. Pero eso no quiere decir que no
sirva en otros contextos: la ecografía tiene un papel fundamental en el
diagnóstico por la imagen en las unidades de mama”, contextualiza la experta.
La investigación, con
todo, no responde a varias cuestiones cruciales que acompañan a los programas
de detección precoz del cáncer. “La principal limitación de este estudio es que
el beneficio del cribado, en particular la reducción de la mortalidad
específica por cáncer de mama, y los daños a largo plazo, como el
sobrediagnóstico [identificación, mediante una prueba de detección, de casos de
cáncer que nunca hubieran producido síntomas ni causado daño al paciente], no
pueden medirse en este ensayo”, asumen los autores.
Con todo, Fiona
Gilbert, investigadora en el Departamento de Radiología de la Universidad de
Cambridge y autora del estudio, ha apuntado a este diario que están haciendo
“seguimiento de las mujeres para observar si disminuye el número de cánceres de
intervalo”. “Si disminuyen los cánceres de intervalo (y los cánceres de gran
tamaño posteriores), esto constituye una evidencia contundente de la eficacia
de esta estrategia”, ha expresado.
Aureli Torné,
vicepresidente de la Sociedad Catalana de Ginecología de la Academia de
Ciencias Médicas de Cataluña, asegura que los resultados de esta investigación
“son congruentes” con estudios previos y suma evidencia para lograr
un consenso: “Tiene mucho interés porque todas las técnicas
detectan casos que no había detectado la mamografía digital. Y los tumores
encontrados estaban en estadio inicial. Zanjar el debate es difícil, pero esto
hará plantear nuevos estudios para demostrar coste-eficacia, el impacto en la
mortalidad y si provoca más sobrediagnóstico”.
Ayuda de la
inteligencia artificial
A Álvarez tampoco le
sorprenden los datos de este estudio, en el que no ha participado. “Pero es un
trabajo interesante que arroja luz y ayudará a tomar decisiones”, coincide. Y
pone el acento en otro detalle de la investigación: la invitación al ensayo se
le envió a cerca de 38.000 mujeres, pero más de 28.000 rechazaron participar.
“La prueba complementaria se les ofreció después de tener una mamografía normal
y pocas están dispuestas a someterse a una prueba adicional. Esto nos indica
que hay que trabajar más la sensibilización y
la información que se les da a las mujeres sobre qué supone una mama densa y
qué aporta la prueba adicional”, sopesa.
El
debate científico, con todo, sigue abierto. Y la radióloga recuerda que la
discusión tiene varios puntos sin consenso: “Uno, que es el que aborda este
estudio, es qué prueba es mejor. Pero otro tema importante es saber cuáles son
las mujeres que se van a beneficiar más, cómo identificamos mejor a este
grupo”. A propósito de esta cuestión, Álvarez recuerda que ya hay estrategias
que usan
inteligencia artificial para evaluar el
riesgo que tiene una mujer de cáncer de mama: “Se trata de un software más
eficiente porque estudia la arquitectura y la textura de la mama, no solo la
densidad”, abunda.
Fuente:
El País. Salud y Bienestar. https://elpais.com/salud-y-bienestar/2025-05-21/un-ensayo-pionero-alumbra-alternativas-de-deteccion-precoz-del-cancer-de-mama-cuando-la-mamografia-se-hace-insuficiente.html
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