miércoles, 9 de diciembre de 2009

SECCION EDUCATIVA

Redacción de un artículo para una revista médica

I - Clases de artículos y estilo de redacción


HERNANDO RODRÍGUEZ UMAÑA MD.*
Bogotá D.C., Colombia
Palabras claves: Redacción Médica, Estilo Científico.


Resumen


El artículo médico expresa por escrito un trabajo, y su contenido debe ser bueno en el fondo (validez científica) y en la forma (presentación lógica y clara). La primera parte de esta serie repasa brevemente las clases de artículos: investigación clínica, caso clínico, revisión de temas, editorial, carta, artículo histórico. El estilo de la redacción médica debe cumplir con la regla de las cinco C: correcto, completo, claro, conciso, corriente o fluido. La redacción médica no debe ser literaria; no debe usar el plural de modestia, ni la variación elegante, ni la elipsis, ni la voz pasiva sino la activa; debe usar los tiempos verbales adecuados y la acción debe ir en posición fuerte en la oración y en el párrafo. No se deben escribir oraciones y párrafos largos.



Abstract


The medical paper expresses a work on a written way, and its contents must be sound (scientific validity) and correct in form (logical and clear shape). The first part of this series briefly treats of the kinds of papers: clinical research, clinical case, review or state-of-the-art, editorial, letter, historical paper. The style of medical writing must be correct, complete, clear, concise and fluid. Medical writing must not be literary; it must not use modest plural, elegant variation, ellipsis, nor the passive voice but active one; it must use right verbal tenses and the action should be in strong place in the sentence and in the paragraph. One must not write long sentences and long paragraphs.


“Lo que se concibe bien se enuncia claramente.”Nicolas Boileau-Despréaux, L’art poétique. (1674) (1)“El arte de raciocinar se reduce al arte de hablar bien.”Étienne Bonnot de Condillac (1780) (2)“La buena redacción científica es un arte, no un accidente.”Lawrence V. Ryan (1960) (3)


Introducción


¿Por qué este artículo, si sólo hay que poner en el papel lo que ya se obtuvo en el trabajo clínico o de laboratorio? Porque la redacción médica requiere conocer su técnica y, lo que parece obvio, dominar la lengua en la cual se escribe, lo que se da por descontado cuando es la lengua materna de los autores, pero parece no ser siempre así. El propósito de esta serie de artículos es revisar someramente la manera de redactar un artículo médico (hay libros especializados que tratan en detalle el tema), mostrar algunos rudimentos del buen uso del idioma, y corregir algunos errores frecuentes. Los mismos principios se deben aplicar en diapositivas, boletines gremiales, convocatorias, programas de cursos y congresos, etcétera. El parecido de los ejemplos citados en estas líneas con escritos y conferencias es debido solamente al azar...de las lecturas y asistencias, pues son verídicos. Este trabajo se dirige a los autores, aunque a veces las revistas causan los defectos.

Generalidades


La palabra es el vehículo del pensamiento. Se dice que los poetas son espíritus elevados, en el buen sentido (sublimes), y en sentido figurado (en las nubes). Pero Nicolas Boileau-Despréaux (1636-1711) nos da ejemplo de cómo escribir, a quienes tuvimos una formación científica y, se supone, por consecuencia tenemos las ideas claras. Algunos de sus versos, en versión original, ilustran este trabajo. (1)


La redacción médica


«Quelque sujet qu’on traite, ou plaisant ou sublime,que toujours le Bon sens s’accorde avec la Rime....Un Poëme [sic] excellent, où tout marche et se suit, N’est pas de ces travaux qu’un caprice produit. Il veut du temps, des soins, et ce penible ouvrageJamais d’un Ecolier [sic] en fut l’apprentissage.»


Los principios de la redacción científica no son nuevos: Santiago Ramón y Cajal los expuso en 1897; (4) todo lo que se publica hoy al respecto aplica sus ideas. Los principios de la redacción médica se derivan del rigor científico, puesto que ella es una forma de redacción científica. Se debe tener mucho cuidado al escribir el texto. Un artículo tiene el mérito de existir, aun defectuoso, máxime si se hace fuera de una estructura académica (sin subalternos, ni biblioteca, ni otros medios). Pero si tiene defectos de forma, el lector crítico (el más interesado y el más interesante), puede pensar que si no se tuvo cuidado para presentar el trabajo, pudo no tenerse para hacerlo; entonces puede abandonar la lectura, para no perder tiempo y no «intoxicarse» con datos que pueden ser erróneos. (4, 5) Si el autor principal no redacta el texto, el delegado (p. ej. residente sobrecargado de trabajo, con obligaciones familiares y sin sueldo), puede tomarlo como una molestia y hacerlo mal.


“Hastez-vous [sic] lentement, et sans perdre courage, Vingt fois sur le mestier [sic] remettez vostre [sic] ouvrage.Polisse-le sans cesse, et le repolissez.Ajoûtez [sic] quelques fois, et souvent effacez.Soyez-vous à vous-mesme [sic] un severe [sic] Critique...Faites-vous des Amis prompts à vous censurer....Un sage Ami toûjours [sic] rigoureux, inflexible,sur vos fautes jamais ne vous laisse paisible.»


La redacción toma tiempo. El objetivo de quien escribe un artículo es poder publicar la mejor versión escrita posible del trabajo que costó tanto esfuerzo, clínico o de laboratorio, y de búsqueda de referencias. Entonces no piense redactar el artículo en un fin de semana, menos en una tarde, si elaborar el trabajo requirió tanto tiempo; el resultado sería malo con toda seguridad. Se necesitan mucho trabajo y muchas correcciones, hasta poder llegar a la versión final que se pueda publicar. Hace falta «lima y más lima para pulir las obras de los hombres», escribió Simón Bolívar. (6) Haga leer el texto por alguien que no haya intervenido en la redacción, cuando crea tenerlo listo; seguramente esa persona encontrará errores que usted no ve, por leer muchas veces lo mismo (se dice que el ojo ve lo que quiere ver).


Revise meticulosamente el texto. Puede obtener resultados lamentables que echen a perder buenas ideas, por una secretaria que transcribe un texto que no conoce, garrapateado en jeroglíficos que ni el culpable entiende en ocasiones, o por un autor que no revise con cuidado lo escrito por la secretaria o por sí mismo. ¿Cómo será el “peduscrito” para que alguien transcriba “seno caukinoso” donde era “seno cavernoso”? ¿Cuántas catástrofes pueden producirse con fórmulas o historias clínicas escritas así? Pero es raro que un buen trabajo esté mal presentado, porque un buen trabajo exige rigor, que es un hábito en todo lo que se hace, desde el planear el trabajo, hasta enviarlo a la revista.


Las normas de Vancouver


En 1978 se reunieron en Vancouver varios directores de importantes revistas médicas generales de Europa, Norteamérica y Oceanía, y establecieron pautas para el formato de los manuscritos enviados a sus revistas. Esto se llamó el Acuerdo de Vancouver. El grupo originó el Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas, que se reúne anualmente y ha actualizado varias veces las reglas. (7) Acta Médica Colombiana aplica esas normas al menos desde 1997, lo cual seguramente contribuyó a mejorar la calidad de la revista, al infundir el rigor en los autores y en el grupo editorial. Es deseable que todos los autores y todas las revistas hagan lo mismo, en una aplicación positiva del copiar lo bueno que hacen otros.


Clases de artículos


Los artículos médicos se destinan en su mayoría a una revista, general o de una especialidad interesada en el tema. El artículo puede ser un informe de una investigación en ciencias fundamentales, de una investigación clínica, de un caso clínico; un análisis de una serie de casos clínicos, una revisión de un tema, un editorial, una carta o un artículo histórico. Cada uno de ellos es diferente en su esencia y en su forma.


En Colombia hay poca investigación, por falta de deseo, de costumbre y de recursos. La investigación fundamental es casi inexistente, salvo excepción honrosa y famosa. Los más llamados a investigar, los docentes, a menudo padecen esa enfermedad profesional que escapa a los recursos de la medicina laboral, llamada “polichanfaina”: varios cargos, a menudo mal desempeñados, y poco tiempo para investigar. Además prima la idea de que “eso no da plata.” Entiéndase, no produce ganancia ya, inmediatamente después de terminada, muy del pensamiento “inmediatista” y mercantil, exacerbado por la ideología política imperante en Colombia desde el inicio de los años noventa, sobre el terreno abonado por quienes en los años setenta fueron llamados “emergentes”, quienes ya hace mucho emergieron y están bien instalados.


Los trabajos de observación clínica son más frecuentes en Colombia; gran parte de los artículos publicados son series de casos, junto con investigaciones clínicas y casos clínicos. Ellos tienen una estructura muy conocida pero menos aplicada: estamos en Colombia donde “se obedece pero no se cumple”, desde la conquista española, y donde a menudo las mismas autoridades, hasta las de control, violan las normas que expiden o deben hacer cumplir. Esa estructura se llama IMRYD por el acrónimo de introducción, material y métodos, resultados y discusión.


La revisión de un tema es hecha por quienes conocen el asunto; su extensión y profundidad dependen del público al cual se dirige. Revisión no es el informe de un caso con una discusión que repasa el asunto. Es un texto didáctico: su estructura puede incluir definición, etiología, patogenia, patología, epidemiología, diagnóstico, tratamiento o técnica quirúrgica que sí pueden estar en presente como se encuentran en un libro, complicaciones y pronóstico. No es adecuado presentar como revisión un texto con introducción, reporte de un caso y discusión, sin conclusiones, aunque exprese la necesidad del diagnóstico temprano, y presente el tratamiento utilizado como lo mejor. Un ejemplo erróneo:


Una “revisión”, de dos páginas netas, descontadas las figuras y los resúmenes, apenas algo más que el comentario publicado enseguida. Esa “revisión” publicada en 2000, tenía 13 referencias, la más reciente de 1997, y cuatro eran tratados de la especialidad, publicados tres en 1989 y uno en 1994, o sea con datos de al menos siete y doce años antes; el comentario tenía 25 referencias, con dos de 1998, dos de 1999 y dos de 2000. Obra de un jefe de unidad de un hospital universitario prestigioso.


El editorial puede tratar temas médicos, gremiales, políticos, económicos u otros. Es hecho por quien dirige la revista, o por alguien que domina el tema, ya que expresa una posición oficial que refleja un consenso, o al menos una opinión personal de quien tiene autoridad en ese campo. Un texto enviado como artículo original, a veces se publica como editorial o en secciones de educación médica, cuando lo amerita.


La carta es corta y más sencilla, no tiene estructura definida, sirve para informar sobre un caso especial, una idea, un resultado adverso, una complicación nueva, para publicar con un plazo más corto que el que espera un artículo convencional.


El artículo histórico no tiene la estructura del artículo clínico o de investigación fundamental, pero debe regirse también por iguales reglas de estilo; sin embargo puede tomar algunas libertades literarias, por ser otros sus temas y fines.


El estilo


Principios generales de estilo“Prenez mieux votre ton. Soyez simple avec art...”«...Et de son tour heureux imitez la clarté.Si le sens de vos vers tarde à se faire entendre,Mon esprit aussi-tost [sic] commence à se détacher,Ne suit point un auteur qu’il faut toujours chercher.»


El texto médico debe seguir la regla de las cinco C (Tabla 1):

1. Correcto. Todas las partes del artículo, desde el título hasta la última referencia, deben ser correctas, lo cual es una perogrullada. Todo el texto debe corresponder a lo que se hizo (el fondo), y seguir las normas de redacción médica (la forma).

2. Completo. Deben estar todos los datos necesarios para comprender lo que se hizo, para poder repetirlo, pero no debe haber datos superfluos, colaterales o “parásitos”, que sólo distraen la atención.


3. Claro. La claridad es indispensable. Se dice que el estilo es el hombre, y que el estilo es el vestido del pensamiento. El lenguaje debe ser sencillo, como lo recomendaba ya en la Edad Media Geoffrey Chaucer en literatura. (8). El lenguaje científico debe ser natural, positivo, con la claridad de las matemáticas, como lo pidió a sus colegas el Arzobispo Thomas Sprat (1667), miembro fundador de la Royal Society de Londres; de él se dice que influyó sobre el estilo general de la lengua inglesa. (9) Los filósofos son acusados de usar un lenguaje etéreo, porque tratan de ideas, no de hechos concretos. Sin embargo, Étienne Bonnot de Condillac destacó la importancia del lenguaje en el razonamiento lógico, al decir que “el arte de raciocinar se reduce al arte de hablar bien”, porque el orden de las ideas es la subordinación misma que hay entre los nombres dados a géneros y especies. Él abogó por un lenguaje claro, preciso y ordenado, inspirado también en las matemáticas. (2)


4. Conciso. “Lo bueno, si breve, dos veces bueno.” La redacción médica es más difícil que la común porque debe condensar el máximo de ideas en el mínimo de palabras. Pero hay que ser breve sin llegar a ser telegráfico, para no quitar claridad y fluidez. Los textos en inglés sobre redacción médica, destacan la bondad de utilizar la palabra más corta posible, según recomendó George Orwell. (10) La tendencia al monosílabo es natural en inglés, pero extraña al español, al francés, tal vez a todas las lenguas latinas, y a otros idiomas europeos. Parece haber ahí una mala interpretación de la ley de economía del escritor inglés George Henry Lewes: “La economía dicta que se presente el significado de una forma que requiera la menor atención posible a la forma misma, salvo cuando la forma es parte del propósito del escritor, y cuando el simple pensamiento es menos importante que la manera de presentarlo.” Es decir, no se debe tener que bregar reordenando mentalmente el escrito, para descifrar el significado. “Economía es rechazo de todo lo superfluo; no es miseria.” (11) La palabra más corta no es necesariamente la vía más rápida para informar o entender; economía es la máxima eficacia por número de palabras. (3)


5. Corriente o fluido. La fluidez depende de la longitud y estructura de las oraciones, y de la conexión entre ellas y entre los párrafos.


Estas reglas tienen una importancia decreciente según el orden de enumeración. El texto correcto y completo traduce el rigor científico, que prima sobre la claridad, ésta sobre la concisión, y ésta sobre la fluidez. No puede ser tan corriente o fluido que no sea conciso, ni tan conciso que sea telegráfico y entonces poco claro, o incompleto o incorrecto.


El concepto de precisión reúne varias de esas cualidades: lo preciso es claro, conciso y exacto; para ser exacto debe ser correcto y en gran parte completo. Es posible expresarse correcta y sencillamente, o correcta y complicadamente, o incorrectamente. Un extremo es usar un lenguaje rebuscado, como hacía el poeta León de Greiff, y otro expresarse mal. Pero mientras más pobre sea el vocabulario, más probable será el error. Cuanto más sencillo sea el estilo, más claro será.


Hablar y escribir bien no es un asunto de purismo sino de pensar con claridad. (12) Antoine-Laurent de Lavoisier (1789), uno de los padres de la química moderna, llegó a sus resultados conocidos, al tratar de reformar y perfeccionar la nomenclatura química, porque “como las palabras son las que conservan y transmiten las ideas, resulta que no se puede perfeccionar la lengua sin perfeccionar la ciencia, ni la ciencia sin la lengua.” (13)


El estilo científico debe ser transparente; no debe transformar lo simple en grandioso y complicado, sino volver sencillo lo complejo. Se consigue orden con el rigor y la nitidez del lenguaje. (14) Escribir bien aclara el pensamiento y lo fortalece. Escribir mal refleja más que inelegancia estilística: es la forma visible del pensamiento confuso; (15) también muestra la falta de conocimiento de la lengua, como es la triste realidad nacional. La mala escritura científica puede tener una influencia corruptora sobre los médicos jóvenes, en su escritura, su lectura y su pensamiento, y afectar el futuro de la ciencia (Figura 1). (15)


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Fuente: Rodríguez Umaña H. En temas especiales, Revista Colombiana de Cirugía Plástica y Reconstructiva, vol. 8, (1), abril de 2002. [Consultada: 13 de dic., 2009], de: http://www.medilegis.com/BancoConocimiento/R/Rev_cirugiaN1abril_redaccion/redaccion.htm

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